Patrona de Venezuela
Fiesta: celebrada tres
veces al año, el 2 de febrero y el 8 y 11 de septiembre.
A la llegada de los españoles a la región
de Guanare, hacia el 1591, un grupo de indios de la tribu de los Coromotos
decide abandonar su tierra y huir hacia el río Tucupido, porque no quieren nada
con los blancos ni con la religión que ellos traen. Cincuenta
años después los indios, que siguen sin convertirse al Evangelio, viven en un
poblado no muy distante de la villa de los españoles; ambos grupos viven en
armonía, pero permanecen aislados entre sí.
Estando así las cosas, una mañana del año
1651, el cacique de los Coromotos, junto con su esposa, contempla asombrado una
extraordinaria visión. En la quebrada
del río Tucupido, sobre la corriente de las aguas, una hermosa señora los está
mirando con una amable expresión en su rostro; el pequeño niño que lleva en sus
brazos también les sonríe plácidamente. La misteriosa señora llama al cacique y le
ordena: "Sal del bosque junto con los tuyos y ve donde los blancos para
que reciban el agua sobre la cabeza y puedan entrar en el cielo".
El cacique impresionado por lo que ha visto
y oído, decide obedecer a la bella señora y marcha con su tribu para ser
instruido en la religión cristiana. Sin
embargo, el indio, acostumbrado a la libertad de los bosques no puede adaptarse
al nuevo régimen de vida y junto con su familia, se vuelve a su aldea en la
selva. La señora se aparece nuevamente,
esta vez en la modesta choza del indígena; y aunque la Virgen se presenta
rodeada de un aura luminosa cuyos rayos inundan de fuego todo el bohío, no
logra conmover al cacique que, enojado, trata de echarla y hasta llega a tomar
sus armas con la clara intención de amenazar a la amable señora. Siempre sonriente, la Virgen avanza
suavemente hacia el cacique y cuando este extiende con ira su mano para
atraparla, ella desaparece ante su vista.
En el puño cerrado del
indio coromoto quedó una pequeña estampa en la que ha quedado impresa la imagen
de la Señora.
El mal ejemplo es un obstáculo para que
otros encuentren la verdad sobre Jesucristo.
Siempre ha sido así. No por eso la verdad cambia. ¡Cuantos se han
separado de la Iglesia por el mal ejemplo de un sacerdote o de alguien que está
identificado con la Iglesia!. ¡Que gran
responsabilidad tenemos los cristianos al ser embajadores de Cristo! Debemos al mismo tiempo recordar que nuestra
fidelidad a la Iglesia se fundamenta en Dios que nunca falla. Cuando vemos el
pecado ajeno, en vez de separarnos de la Iglesia, debemos examinar nuestro
propio comportamiento que es por el que seremos juzgados. Pero que difícil es eso cuando nunca se ha
conocido a Jesús, como en el caso de los indios. ¿como pueden llegar a
distinguir entre los católicos malos y la verdad de su religión?. Por
la dificultad de ello es que viene la Virgen a Venezuela, y con su amor de
madre lleva a los indios a superar el obstáculo de las diferencias culturales y
a recibir por la Iglesia a Jesús.
La Virgen de Coromoto es una diminuta
reliquia que mide 27 milímetros de alto por 22 de ancho. El material de la estampa pudiera ser
pergamino o "papel de seda"; la Virgen aparece pintada de medio
cuerpo, está sentada y sostiene al Niño Jesús en su regazo. Su apariencia es de ser dibujada con una fina
pluma, trazada como un retrato en tinta china a base de rayas y puntos.
La Virgen y el Niño miran de frente;
erguidas sus cabezas coronadas. Dos
columnas unidas entre si por un arco forman el respaldo del trono que los
sostiene. La virgen cubre sus hombros
con un manto carmesí con oscuros reflejos morados. Un blanco velo cae simétricamente sobre sus
cabellos cubriéndolos devotamente. La túnica de la Virgen es de color pajizo y la
del niño es blanca como su velo.
La imagen se muestra a la veneración de los
fieles protegida dentro en una riquísima custodia. El 7 de octubre de 1944, a petición de los obispos
de la nación, Pío XII la declaró, "Patrona de la República de
Venezuela" y su coronación canónica se celebró al cumplirse los tres
siglos de la aparición, el 11 de septiembre de 1952.
El Emmo, Sr. Cardenal Arzobispo de la
Habana, Manuel Artega y Betancourt, coronó la sagrada imagen de Nuestra Señora
de Coromoto en representación del Papa Pío XII. Los venezolanos celebran a su
patrona en tres ocasiones cada año, el 2 de febrero y el 8 y 11 de
septiembre. El Santuario Nacional de la
Virgen de Coromoto, lugar de encuentro de grandes peregrinaciones, fue
declarado Basílica por S.S. el Papa Pío XII el 24 de mayo de 1949.
No hay comentarios:
Publicar un comentario